Si bien una de las funciones del órgano legislativo es controlar y fiscalizar las acciones del ejecutivo, esta no debe pasar los límites de la racionalidad porque al hacerlo, se afecta los intereses y la imagen del país. Los problemas domésticos palaciegos, deben solucionarse a través del fuero judicial y no políticamente.
Vacancia presidencial, el colmo de la insensatez
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