Definitivamente la guerra Rusia – Ucrania, ha movido de manera irreversible el tablero productivo, logístico y energético mundial, cuya capacidad de reacción de cada país para sobrellevarlo o sacar ventaja, dependerá del adecuado manejo de sus variables macroeconómicas y lo más importante, de cuán habilidoso sea cada gobierno para restructurar su aparato productivo, que le permitirá incrementar las fuentes de empleo, cuyo excedente de producción le facilitarán mayor ingreso de divisas.
En el caso boliviano, tenemos la necesidad de aplicar políticas que conlleven a un aumento de la producción de granos, tanto para exportación como para reserva del consumo interno; situación que inducirá a incrementar la demanda de silos por lo menos en un 20% inicialmente, además, tendrá que acelerar el desarrollo de energías renovables con el objetivo de sustituir la importación de combustibles fósiles, cuyos altos precios según estimaciones se mantendrán hasta mediatos del siguiente año.
Si bien hasta el momento Bolivia destaca como uno de los países menos afectados, gracias a su política monetaria del tipo de cambio fijo y la subvención a los combustibles importados, sin embargo, no debemos dormirnos en nuestros laureles puesto que mostramos un alto grado de vulnerabilidad, ante las fluctuaciones climáticas que inciden desfavorablemente en la reducción del rendimiento productivo y ante el contrabando proveniente de los países vecinos especialmente de Argentina, que cada vez arremete con más fuerza.
El gobierno boliviano, debe invitar a los mejores profesionales y técnicos para los puestos de alta responsabilidad y, si por intereses políticos prefiere no hacerlo, entonces tiene la obligación de convocar al sector empresarial y al gremio intelectual, afín de consensuar criterios en aras de planificar una estrategia de desarrollo, que sirva de base para diseñar una política de Estado que le induzca, no solamente a sobrellevar la crisis sino y principalmente, a dar el gran salto de ser una economía en desarrollo hacia una potencia económica, este es el momento.
El Director