EMPRESARIOS, GOBIERNO Y TRABAJADORES, NO SOMOS ENEMIGOS
Mas o menos eso es lo que quiso dar a entender el presidente de la Cainco Fernando Hurtado, en una parte de su discurso que dio en ocasión de la posición de su directorio para la gestión 2022 -2023. Una aseveración totalmente cierta, puesto que las tres agrupaciones necesitan consensuar criterios y objetivos para en conjunto lograr la ansiada reactivación económica, que cada vez la sentimos más lejos, tanto por los factores externos como por algunas decisiones políticas mal encaminadas. Estos tres pilares fundamentales deben cohesionarse despojados de parámetros ideológicos, si en verdad soñamos con un país sin pobreza.
Mientras los emprendedores aportan ideas y arriesgan sus ahorros para generar riqueza (que beneficiará al conjunto de la población), los otros entregan su tiempo de trabajo a cambio de un salario que indudablemente debe ser justo, pero a la vez acorde a la situación económica del país en general y de la empresa en particular. En este relacionamiento, el Gobierno debe jugar un papel primordial, en unos casos como mediador imparcial y en otros como gran facilitador, tanto en la tramitología como en la orientación adecuada y oportuna en los temas normativos e impositivos.
En tiempos difíciles se requieren de la mayor cantidad de emprendedores posible, más aún cuando escasea las fuentes de empleo digno, donde muchos se lanzan a ser empresarios como una tabla de salvación, echando mano de sus pocos ahorros logrado con mucho sacrificio. En su proceso de adaptación y aprendizaje, algunos cometen errores involuntarios que, en lugar de asignarle inquisidores para aplicarle multas y sanciones, debería dárseles guía y capacitación. De esta manera también, estaremos contribuyendo a trasladar emprendedores informales hacia la formalidad, cuyo incremento ampliará la base de contribuyentes y por consiguiente, habrá mayores ingresos para las arcas del Estado. Así, TODOS felices y contentos.